Experiencias de café en amigos por México

Hola amigos amantes del café, ¿cuántos tienen una o varias experiencias de café que cuentan en todas las reuniones familiares o con amigos? hace unos días realizando una dinámica en las redes sociales con amigos sobre las costumbres y experiencias de café tanto divertidas como vergonzosas, hubo amigos de distintos lugares a lo largo y ancho del país que participaron comentando abiertamente sus experiencias de café por sus lares. Las experiencias fueron muy gratas, de convivencia familiar, como de convivencia individual o social.
Hablar de una cultura del café es bastante amplia, por lo que las experiencias o maneras de beber café son distintas en los diferentes lugares de la república mexicana.

Alberto Calvo, originario de la capital chiapaneca, platicó lo siguiente: Algunos toman café para NO dormir, yo tengo que tomar café para poder dormir, no importa que esté satisfecho de comida, tengo que tomarlo si no me tengo levantar en la madrugada a tomar una taza por lo menos, también me gusta mucho su aroma, es una delicia pasar frente a la Iglesia de Guadalupe y el aroma de ese expendio es muy rico, saludos.

Pablo Dominguez originario y residente de Ciudad Juárez, Chihuahua comentó lo siguiente: Todas las mañanas los trabajadores agarran un sobrecito y lo disuelven en sus recipientes, esa es la cultura del café en lo industrial.

Amado Salazar, escritor, originario y residente de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, amante del café, en sus muy bellas palabras compartió sus experiencias de café de su muy bella y amada tierra:
¡Si te contara! Al menos aquí en Sancris es una bebida muy presente en la vida cotidiana. Por ejemplo, para los coletos, salir a una cafetería con alguien por café no es simplemente ir a beber algo y ya, sino un pretexto para conversar o abordar algún asunto particular (desde simple cotilleo, ofertas laborales, coqueteo, ponerse al corriente con alguien que no has visto en mucho tiempo; discutir sobre política, religión o cualquier otro tema o simplemente chismosear). La mejor prueba de ello es la cantidad de cafeterías que encuentras por aquí.
También está presente como medio para reunir a la familia en ocasiones especiales (sobre todo acompañado de un buen pan coleto). En los velorios no falta y de hecho requiere una preparación especial, más cargado de lo usual, para ayudar a sobrellevar el desvelo y espantar el frío de la madrugada, que no es poco por acá. También, aunque ya se ha perdido casi totalmente la costumbre, solía ser el primer alimento del día a eso de las 6 o 7 de la mañana (el desayuno es más tarde, alrededor de las 9 frecuentemente).

Entre otras razones, es por eso que para muchos oriundos de esta ciudad, o al menos a los que conozco, es un insulto que se les ofrezca café soluble, ya que están acostumbrados a un buen café. Pero me desvié del asunto. El punto es que, en mi opinión, el café es una bebida “muy social”, digamos, por estos lares.
Como anécdota, aunque no me tocó verlo, sé de buena fuente que antes, cuando no había estufas, se le echaba un pedazo de carbón encendido directamente al café para que calentara más rápido. También recuerdo alguna vez que alguien me dijo que el café debía tomarse sin azúcar, pero cada que esa persona daba un sorbo a su taza hacía caras por lo amargo de la bebida. (no es fácil ser un esnob).
A mí personalmente me gusta tomarlo solo, lo cual me ha acarreado algunos conflictos, por lo mismo que está muy presente como bebida social (“pa tomar café, en mi casa” me han dicho). En fin, no te imaginas lo difícil que es hacerle entender a la gente de por aquí que salir de casa expresamente por un café sin quedar con nadie es un placer y un momento de relajación como pocos, pero qué más da.
También empecé a acordarme de otras cosas. Por ejemplo: aquí lo toman de varias formas, por ejemplo con canela, y se ha puesto muy de moda últimamente con ajo y otras especias (creo que café árabe, le dicen). También hay galletas de café, muy buenas, por cierto. Cuando voy a otro estado o converso por acá con extranjeros siempre me piden café chiapaneco. Y también, cuando salgo de viaje a otra ciudad, una de las primeras cosas que busco es una buena cafetería.
Por cierto, un abrazo, saludos.

Experiencias de café

En palabras de Alhely Coutiño, originaria de Villaflores, Chiapas, la experiencia de café en su vida es muy personal:
El único lugar en donde tomo café es con mi familia o con mi abuelita (ahí siempre tienes que tomarlo…). Así que cuando estoy lejos de ellos, en la Universidad, suelo tomarlo por las noches cuando quiero sentirlos cerca, o quiero sentirme en casa. Y aunque no a muchos les agrade, a mí me encanta tomarlo con leche. Saludos.

Para Fabrizio Yannini, residente en Querétaro cuenta sus experiencias de café le ayuda a concentrarse:
El café me ayuda a concentrarme de tal manera, que no puedo imaginarme yendo a una junta, o tomando algún exámen sin antes haber tomado tres tazas. Tiene que ser negro, y tiene que ser muy fuerte. Me despierta de tal manera que recuerdo cosas con bastante, bastante detalle.

Hay a algunas personas que lo prefieren dulce y no tan caliente: Esau Ramirez, estudiante chiapaneco.
Me gusta tomarlo con 3 cucharadas de azúcar y que no esté caliente, sino a temperatura ambiente. (Consejos de MyCoffeeBox.com)

A Nahum Alonso, de Tijuana, Baja California Norte, amante del café cuenta sus experiencias de café de manera grata:
Con gusto, con tanto gusto como mi gusto por un buen café te contaré las manías al tomarlo. No es costumbre es gusto diario por cada taza de café.. y si, para mi tiene que ser negro recién molido y de preferencia de Chiapas. Importa mucho la compañía, el lugar y la forma de prepararlo, claro no a diario reúnes esas condiciones. Te quiero contar de mi mejor taza de café. Fue hace ya un año, a 2000 metros de altura en una montaña de Guatemala, el agua para prepararlo fue de un manantial cercano y el fuego con leña del lugar, un clima frío y dos buenísimos amigos que casualmente, muy casualmente también son de Tijuana y allí los conocí. Bueno no sólo fue una taza de café.. la verdad no supe cuantas pero por lo mismo de estar disfrutandolo tome varias. De hecho una manía que tengo, es que cada que tomo café paso los primeros minutos “atrapando el aroma” pongo mi nariz justo sobre la taza y con mis manos cubro de tal forma que nada se escape. Y si por algunos instantes me pierdo de mi café, no moriría sin café… no tardaría en buscar algo que me cause esas mismas sensaciones jaja. Y es algo a lo que me he dedicado en cada lugar que llego, buscar un buen café y el modo local de preparación. Elijo Chiapas y el método de prensa francesa. Yo sé que es cuestión de gustos, y me alegra encontrar a personas que compartan este buen gusto por ¡EL CAFÉ!

Antonio Correa de Guadalajara, Jalisco:
Una experiencia de café graciosa fue de una vez que afloje la tapa del azúcar sobre el café de mi amiga y terminó con mucho azúcar con sabor a café

Carlos Filibustero, amante del café, de Guerrero:
Cada mañana muelo mi café de no más de dos o tres días de haber sido tostado, hago mi infusión o bien mi super espresso, experimentando con diversas marcas de agua, pero sin duda la mejor es la que recolecto de un manantial. Sin azúcar, Como debe ser… Vivo en una zona cafetalera, y tras cada taza de café hay mucho trabajo en la cadena de producción. Un cordial saludo.

Es así como la mejor forma de tomar café es como nos sintamos más cómodos o satisfechos, no importa el lugar donde nos encontremos, el café se acopla al estilo de vida que se lleve, nunca está de más.

¿Cuál ha sido tu experiencia de café?

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